Las
barras de grafito puro siguen procediendo de las minas inglesas Seathwaite
Fell, cerca de Borrowdale; pero fue en 1795 cuando Nicholas Jacques Conté
inventó un método para endurecer el grafito pulverizado que, mezclándolo con
arcilla, horneaba para endurecer las minas. Éste método se sigue utilizando hoy
en día y gracias a él se pueden tener lápices de grafito de diferentes durezas.
Gracias
a esta mezcla con la arcilla, los lápices de grafito poseen una graduación
según su dureza. Cuanto más arcilla más duros y “grises” generando líneas finas
y suaves; y cuanto más puro es el grafito más blando y más “negro” consiguiendo
líneas anchas, densas y con una característico trazo graso. Esta clasificación nos sirve para tener una idea aproximada
de los tonos medios que podemos conseguir con dichos lápices, no obstante la
gama tonal que abarcan cada uno de ellos, es mucho mayor. En U.S.A. la
clasificación es con números (el 1 equivale al B, el 2 al HB, el 3 al H, el 4
al 2H, etc.) en Europa utilizamos el “H” para los lápices duros (Hard, en
inglés) que tienen más arcilla y los “B” más blandos y negros (Black o Bold, en
inglés) que tienen más grafito. Se da el caso que en muchos lápices vemos ambas
clasificaciones “H” por un lado y un “3” por otro, creando la confusión con un
lápiz “3H”.
Ejemplo de las "escalas comerciales" medias con la que los fabricantes explican las durezas de sus lápices. |
IMPORTANTE:
cuando un alumno se inicia en el dibujo piensa que las escalas de grises que se generan para
explicar las durezas de los lápices de grafito (las llamaré “escalas
comerciales” ya que están en las cajas de las marcas de lápices), equivalen a
las escalas de los ejercicios de valoración de gris. Este es un error muy común
que complica, en los inicios, el aprendizaje de estos ejercicios.
Esta
confusión nace de la comparación de los resultados, es decir, “como tengo que
hacer una escala de grises proporcional —piensa el alumno— y en las
explicaciones de las graduaciones de los lápices (escalas comerciales) también
hay degradados de gris (y con la numeración de cada lápiz correspondiente a
cada tono), bastará con usar cada lápiz para hacer cada tono de en mis escalas
de ejercicios…” Y así, los alumnos utilizan un lápiz para cada tono e incluso
escriben con qué lápiz han hecho qué cuadrado de gris. ¿Por qué esto es un
error? La razón principal es porque el tono de gris que cada lápiz representa
en la “escala comercial” es un tono medio
dentro de sus muchas posibilidades. Cada uno de los lápices puede generar miles
y miles de tonos más claros y más oscuros que lo que nos indican los fabricantes
en sus cajas y escalas comerciales.
Es misión nuestra controlar la herramienta (el lápiz) para sacarle los tonos que necesitamos, cunado un lápiz, por su dureza, ya no nos ofrece lo que necesitamos, pasaremos al siguiente para conseguirlo… Y así, hasta terminar nuestro trabajo.
Es misión nuestra controlar la herramienta (el lápiz) para sacarle los tonos que necesitamos, cunado un lápiz, por su dureza, ya no nos ofrece lo que necesitamos, pasaremos al siguiente para conseguirlo… Y así, hasta terminar nuestro trabajo.
Otro
aspecto a tener en cuenta que pone de manifiesto hasta qué punto esta
nomenclatura es una mera referencia, es el hecho de que cada fabricante tenga
sus recetas de combinación de arcilla y grafito y, por tanto, cada marca tendrá
sus variantes para cada numeración. Es decir, dos lápices H serán algo
diferentes si son de marcas distintas, uno puede rayar más oscuro que otro. Un
ejemplo más que lo importante es educar el ojo y la mano para poder hacer los
tonos que nosotros queremos, no el que el valor del fabricante nos ofrece como “tono
medio” de cada lápiz (ver foto).
Un
lápiz no es otra cosa que una herramienta para conseguir un fin. El fin es el
dibujo. Así pues, el alumno tiene que encontrar y descubrir por sí mismo las
capacidades tonales de cada lápiz y saber aplicarlas. Lo más normal es iniciar
un dibujo con líneas de apoyo y suaves que nos producen los lápices 2H o 4H e
iremos subiendo de graduación hacia los “B” a medida que necesitemos tonos más
oscuros. Pero siempre dependerá de la sensibilidad de cada uno, pues cada lápiz
posee gamas suaves y oscuras, según de la presión que ejerzamos, la cantidad de
tramas de líneas que hagamos, etc. Al igual que existen muchos martillos, desde
diminutos y delicados (utilizados en joyería) hasta pesados y enormes
(utilizados en la construcción) el sentido común nos dice que si tenemos un
clavo de tamaño medio utilizaremos un martillo común, como los que solemos
tener por casa, si el clavo es diminuto buscaremos uno de los pequeños martillos
de joyero y si nuestro clavo es muy grande nos iremos a los más pesados y
grandes… Pues los lápices son como los martillos y los clavos. El lápiz es el martillo
y el dibujo es el clavo, solamente el uso y la práctica de los diferentes
lápices y los ejercicios darán al alumno la capacidad de saber con qué lápiz
realizar qué parte de un dibujo.
Gracias por esta explicación que echa luz sobre los ejercicios para hacer en casa.
ResponderEliminarÁnimo y a continuar. Gracias por ir dejando comentarios por aquí.
EliminarGracias por el tema. Esta muy bien explicado, me gusta...
ResponderEliminarLola Silleras
Este texto forma parte del libro que tengo preparado sobre todo el curso. Aunque estará terminado en unas dos semanas he creído necesario poner este capítulo, ya que el viernes hubieron muchas dudas al respecto.
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