LA ESCULTURA MONUMENTAL
Aunque todas mis esculturas están concebidas como
monumentales, solamente unas cuantas han visto la luz en 2,5 o 3 metros de
altura.
Desde hace más de 20 años, empecé a realizar
grandes esculturas para poder competir con el paisaje, para que el publico las
disfrutara al ir paseando por las calles, plazas o monumentos.
La misión de una escultura monumental es la de
enriquecer el espacio. La forma altera
la percepción de su entorno y el visitante se deja llevar por el mensaje del
artista y el espacio que rodea la escultura cambia para siempre.
Como una simbiosis, espacio y forma se complementan
y se alteran en una espiral sin fin.
Ser capaz de colocar una escultura monumental
implica un profundo conocimiento de la forma y su espacio. No basta con “hacer
grande” una escultura, el punto de vista del espectador es distinto. La forma
cambia con las grandes dimensiones y el entorno que rodea la escultura ganará
calidad, cultura y riqueza para siempre.
En Europa la escultura monumental siempre ha
existido como parte fundamental de las ciudades. Por ello el conocimiento de
distribuir el espacio y la colocación de las esculturas es lo más importante.
En China este concepto es algo mucho más nuevo y, por tanto, todo un mundo por
desarrollar y descubrir.
En mis exposiciones por Europa (Francia, Alemania,
China, España, etc.) Las esculturas monumentales siempre han sido una de las
partes más importantes. En China —en el cuadro de la Gran Muralla de Pekín— las
12 esculturas de 2,5 metros de altura fueron la revelación de la gran
exposición, así como el punto de enlace entre las dos y las tres dimensiones.
Ahora en Shenzen nace un proyecto único: 7
PEOPLE, siete esculturas monumentales de 4 m de altura que se instalarán antes
de final de año en un parque de la que ya es la 3ª ciudad de China.